Monday, April 4, 2022

1 Samuel 17:33-51

En este pasaje, vemos la historia de David y Goliat. Cuando David llega al campamento de Israel para llevarle provisiones a sus hermanos que estaban en la guerra contra los filisteos, él fue ignorado, humillado, insultado por los hombres, incluyendo al Rey Saúl. Pero David estaba seguro de que, quien lo había elegido lo respaldaría. Por eso, sin titubear, sin temor, se dirigió hasta el gigante con su honda y 5 piedras planas de río. Luego de David escuchar las burlas de Goliat, le contestó: "Tú vienes a mí con espada, una lanza y un escudo. Pero yo voy a ti en el Nombre de Yehovah Elohim Tzevaot, el Elohim de los ejércitos  de Israel, a quien tú has retado. Hoy Yehovah te entregará en mis manos. Yo cortaré tu cabeza de ti, y daré tus extremidades y las extremidades del ejército de los filisteos a los pájaros en el aire y a los animales en la tierra. Entonces toda la tierra sabrá que hay Elohim en Israel, y toda la asamblea aquí sabrá que Yehovah no salva por espada o lanza. Porque esta es la batalla de Yehovah, y Él te entregará en nuestras manos." Definitivamente David confiaba en Dios, pues lo conocía muy bien. Cuando conocemos a Dios, podemos descansar y tener paz porque sabemos que de Él proviene la salvación. Más adelante leemos que la piedra que David lanzó al gigante se enterró en la frente y el gigante cayó al suelo. En otras versiones dice: "traspasó el casco y se enterró en su frente..."; "le rompió el cráneo...". Sólo la mano poderosa de Yehovah puede hacer eso. Sabemos que la piedra angular es Yeshua, él mismo traspasó la mente del gigante derrumbando así todo argumento que se había levantado contra el pueblo de Israel. Ese día el nombre de Yehovah fue exaltado. 

Hay ocasiones que tenemos que tomar la actitud de David, reconocer quién está en nosotros peleando por nosotros. Muchas veces sabemos que Yehovah todo lo puede y que no pierde ninguna batalla, pero no lo dejamos actuar a nuestro favor. En este día nos pide un paso de confianza, emunah, hacer nuestra parte, lo que nos ha llamado a hacer, seguir sus instrucciones y dejarle el resto a Él.